Todo ha pasado super rápido. En una semana nos han avisado de que había una donante para nosotros, me han confirmado que mi endometrio está listo para la acción y han planeado la extracción de óvulos a la donante y la fecundación con el esperma de mi chico.
Es viernes y hoy por la mañana han extraído los óvulos a la donante.
A su vez, mi pareja ha ido a la clínica con la muestra de semen para que el laboratorio vaya preparándolo todo.
Hoy he tenido un millón de sensaciones y muchas un poco raras, para que mentiros.
Estoy emocionada, contenta, pero a la vez muy nerviosa por saber cuántos óvulos podrán sacar, cuántos serán buenos y con cuantas opciones de tener un hijo contaremos a partir de ahora. Para mí todo lo que pase desde el día de hoy y hasta el miércoles que viene es hasta más importante que lo que pase después de la transferencia. Y no, no es que esté loca, pero cuando te metes en algo que tiene tanto riesgo de salir mal, lo más importante es saber con cuántos intentos cuentas para vencer la estadística.
Esto me ha puesto bastante nerviosa, porque es por la tarde y aún no me ha llamado la doctora tal como quedó, para confirmarme el número de óvulos recuperados y si el semen estaba bien y todo se ha podido hacer según lo previsto.
Me ha entrado un super afán de control cuando irrisoriamente , ésta en la parte en la que menos control tengo sobre todo el proceso. Esto también me ha hecho sentir un poco rara, es el momento en que la donante tiene todo el protagonismo, y cuando yo pinto entre poco y nada. A veces pienso que debería sentir gratutid hacia la donante pero sinceramente, no me sale del todo. Es raro sentir que tú no pintas nada en el momento en que dos células se juntan y se arranca el primer pasito hacia la vida y la creación de un nuevo ser que será tu hijo.
He visto por otro lado, la felicidad más absoluta de mi chico tras dejar su muestra de esperma. Creo que él ha conectado con la emoción de saber que hoy empezada algo así como la “vida” de sus hijos. Como que cada gesto, el viaje a llevar el esperma, el venir a casa a estar conmigo y esperar que nos confirmen cómo ha ido todo, es emocionante en sí mismo.
Y en el fondo lo es, estamos super in love sintiendo que esto es un nuestro proyectazo juntos.
Yo siento que necesito llorar para desahogarme, por los nervios y porque el pensamiento más fuerte de mi día de hoy, es cuánto me ha costado llegar hasta aquí, hasta este momento y tomar la decisión de empezar el tratamiento.
Eso me emociona, porque siento que todo esto me hace muy feliz y hace medio año me parecía impensable que yo pudiera sentir algo así.
He sentido muchas cosas diferentes y también mucha rabia y rechazo a usar ovodonación. Pero todo es parte del duelo genético que hay que pasar, y que una vez resuelto, nos permite poder mirar hacia adelante con ilusión de nuevo.
Y tengo noticias frescas!!! Me acaban de avisar de que esta mañana la extracción ha ido bien y que han podido recuperar 11 óvulos de la donante, de los cuáles sólo 9 eran maduros.
No me parece una buena cifra de entrada, si os digo la verdad. Me imaginaba tener una super donante que pudiera donar mínimo 10 óvulos válidos. Pero según mi doctora es buena cifra , así que hay que esperar a mañana para saber cuántos se han fecundado.
Según ella, todo ha ido bien, la muestra de semen era de muy buena calidad y no ha habido problemas en hacer la fecundación en fresco, con los óvulos recién extraídos.
No obstante, una vez hecha la fecundación, nos ha confirmado que mañana nos llamarán por la mañana confirmando cuántos óvulos han fecundado bien y a partir de ahí podemos decir que esos serían los embriones.
Veremos a ver qué pasa. No me ha dejado muy pletórica la cantidad de óvulos así que aguanto la respiración para ver cuántos se pierden en el camino a mañana.