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La alargada sombra de la menopausia

El periplo médico de un diagnóstico poco común

Ahora veo las cosas con otra perspectiva y con otros ojos. Ahora tengo 35 años y no 20. Ahora tengo muchos más conocimientos del tema y experiencia vital.

Nunca me ha gustado pensar en qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas. No me parece útil, no conduce a nada y no aporta soluciones.

Pero hoy sí quiero hacer el ejercicio de sacar conclusiones sobre todas las cosas que se pudieron haber hecho de otra forma (entiendo que mejor) , cuando me diagnosticaron menopausia precoz en el año 2006.

Desde aproximadamente 2001 , cuando yo era una adolescente de 15 o 16 años, mi regla comenzó a volverse irregular. Empezó a irse y volver de manera aleatoria llegando a estar incluso 7 meses ausente. Tristemente es frecuente que dejemos pasar muchos meses, porque consideramos que puede ser algo puntual y no le damos a nuestro ciclo la importancia que tiene como señal de salud general.

Cuando fui al médico con 17 años, me recetaron directamente la píldora anticonceptiva. No hubo más pruebas. No hubo ecografía, no hubo análisis hormonal. Nada.

De este forma, un diagnóstico que pudiera haber sido incluso más temprano, se dilató en el tiempo. Me indicaron tomar la píldora al menos durante un año y luego ensayo a prueba y error, si me venía la regla de forma regular al dejarla es que todo estaba bien y si no, me harían más pruebas. En realidad ni si quiera se plantearon el segundo caso, más bien confiaban todas sus cartas a la magnánima píldora anticonceptiva.

Por supuesto, al dejar de tomar la píldora la regla dejó de venir.

Dejé la píldora a mediados de 2005, y sólo conseguí una regla en enero de 2006. Todo lo demás fueron meses vacíos, meses de pensar que pudiera estar embaraza y de acostumbrarme a que no fuera esa la causa de mi falta de regla, etc. Una vez comprobado que la píldora no era la solución mágica para todos mis problemas, empezó mi auténtico periplo hacia el diagnóstico de menopausia prematura o como es más exacto llamarlo , fallo ovárico prematuro.

La sanidad española presume de ser una de las mejores de Europa e incluso del mundo. Yo no puedo decir que no sea así, pero sí puedo decir, que como en muchas otras cosas, existen diferencias abismales entre la atención médica en las grandes ciudades, en las medianas y en los pueblos.

Yo vivía en una ciudad pequeña de la llamada España vaciada por esos tiempos, 38.000 habitantes, dos centros de salud y un hospital de poco prestigio.

Cuando volví a pedir cita para el ginecólogo , tuve que esperar otros 4 meses sólo para que éste pudiera pedirme las pruebas necesarias para indagar un poco más en mi condición.

No eran pruebas de alta tecnología , ni que no me pudieran haber hecho a los 16 años…. eran una simple ecografía y análisis de sangre para ver la actividad hormonal.

Así el 30 de Junio de 2006 me hacían mi primera ecografía y de ahí ya salían resultados poco prometedores: endometrio fino y reactivo y ovarios de muy pequeño tamaño y sin actividad folicular visible.
El 11 Julio de 2006 me realizaron los primeros análisis de hormonas con unos resultados de FSH 102 o cómo el médico calificó, “Esto debe estar mal, estos son los análisis de una mujer de 80 años”.

En esos momentos quieres creer, quieres pensar que es un error del laboratorio, ni si quiera me habían mencionado la palabra menopausia aún y yo tenía la esperanza de repetir el análisis y que todo fuera por fin bien.
Me recetaron progesterona y me repitieron el análisis. Digna mención aquí de que no me explicaron para qué servía la progesterona (mi gran amiga hoy día), ni qué esperaban conseguir con su uso.

El 30 de agosto de 2006 me hacían mi segundo análisis y en septiembre de 2006 por fin me hicieron el diagnóstico oficial: Menopausia Prematura.

Acompañado al diagnóstico vino un rotundo, “es imposible que te quedes embarazada”. Eso duele, y también puede hacer que dejes de tomar precauciones, y a día de hoy todos los médicos dicen que es posible que en gente tan joven la situación se pueda revertir en algún momento.

Tras este diagnóstico, siguieron muchas pruebas para que ellos mismos se lo creyeran. Más análisis, citologías, densitometría ósea, etc.

Una de las cosas que me dolió mucho en su día, fue la alta rotación de profesionales de ginecología y la falta de conocimientos y recursos sobre mi diagnóstico.

Desde que hice la primera visita al ginecólogo, cada visita posterior para revisar resultados fue con un ginecólogo distinto. Todos leían ojipláticos el diagnóstico y me preguntaban a mí extrañados para que les diera más detalles. Ese sentimiento de falta de profesionalidad y de que no tenían ninguno ni idea de qué hacer conmigo, fue muy frustrante.

Al final la conclusión era la obvia para ellos….
Me tenía que tomar la píldora anticonceptiva de por vida y cuando quisiera ser madre, acudir a una clínica para ovodonación.

Ahora pienso…. qué hubiera pasado si me hubieran diagnosticado con 16 años, si me hubieran enviado a un especialista al hospital provincial de referencia. Si me hubiera visto un ginecólogo que supiera más sobre el fallo ovárico. Si no me hubiera tomado la píldora anticonceptiva sino otra terapia hormonal que no “bloquease” el ciclo natural.

Si no te dan las opciones, a esa edad estás perdido. No sabes nada y bastante tienes con sobrellevar el shock que supone el titular “no puedes tener hijos tuyos”.

Reivindico desde aquí la falta de calidad asistencial en zonas rurales y pequeñas. La alta rotación que hace que seamos sólo números de expediente sin una historia clínica conexa. Reivindico que ante un diagnóstico poco común , merecemos una derivación a médicos expertos de hospitales de referencia. Que de verdad nos trate alguien que pueda informarnos y darnos opciones.

Este sería mi mayor consejo para quienes puedan estar en la misma situación. Que busquéis ayuda especializada, que busquéis en internet opiniones, experiencias, caminos.
Que luchéis por encontrar que os atienda alguien especializado en reproducción o en menopausia y endocrinología.

Mi historia ya es pasado, y mi futuro ha acabado pasando por ovodonación como adivinaba a los 20 años. Pero creo que no se hicieron las cosas bien entonces y ojalá ahora haya muchos más recursos para mujeres muy jóvenes que tengan hoy que iniciar este camino.

Os resumo aquí mis aprendizajes más importantes:

  • Importancia del ciclo menstrual:
    El ciclo menstrual es uno de los indicadores de salud básicos de la mujer, que requiere atención y reacción rápida antes desajustes. A su vez, recordar que la píldora modifica el ciclo natural y por tanto, oculta posibles problemas, irregularidades, retrasos, etc.
  • Falta de pruebas tempranas para revisar reserva ovárica:
    Ante irregularidades de ciclo, una simple ecografía y unos análisis pueden vislumbrar problemas de reserva ovárica.
    Es más, lo ideal sería que a partir de los 30 años, las revisiones ginecológicas incluyeran una revisión de la reserva ovárica por ecografía. Así las mujeres que descubran baja reserva pueden tener tiempo de congelar ovocitos.
  • La píldora NO debe ser la primera solución:
    En mi generación desde adolescente he visto como para cada simple problema los médicos recetan la píldora anticonceptiva. Si tienes SOP, si tienes granos, si tienes migraña, si tienes la regla irregular, si tienes fallo ovárico, etc.
    La píldora altera nuestro funcionamiento normal del cuerpo y afecta a la calidad de vida de las mujeres con ganancia peso, pérdida libido, riesgo de trombo y cardiovascular, etc.
    Creo que los médicos deberían buscar alternativas eficaces más saludables y con menos efectos negativos sobre las mujeres.
  • Alta rotación de los especialistas en zonas rurales o localidades medianas:
    No puede consentirse que para un diagnóstico te traten más de 5 ginecólogos diferentes. Que les tengas que explicar y resumir tú, tu propio diagnóstico. El abandono de la España rural y vaciada es evidente y afecta a la salud y vida de millones de personas.
  • La importancia de que nos deriven a un especialista con experiencia en estos casos y nos dé posibles opciones.
    Nada que decir, un ginecólogo que se sorprende de que tengas menopausia precoz, raramente va a poder tratarte propiamente.

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