Barcelona 02/08/2021
Querida Manuela,
Hoy me he permitido imaginarte.
Nunca esperé que el embarazo me hiciera sentir tan vulnerable y pesimista.
La sensación de falta de control me araña el corazón muy fuerte. El sentir que hay que tener una confianza ciega en que todo salga bien pero no está en mi mano que así sea.
Ya me conocerás,a veces quiero controlarlo todo. Sentir la falta de control me hace vulnerable, me desequilibra. Sé que tengo que trabajarlo, quiero mejorar para que eso no sea algo que impacte tu vida negativamente. Porque desde que somos dos, la certeza de que no tengo el control ni lo tendré es absoluta.
Espero pulir mi mejor yo-madre para tí. Para que sientas que estoy ahí cuando me necesitas, pero que te quiero sin posesividad.
Hoy quiero contarte que en el mundo de los mayores a veces nos equivocamos mucho. A veces nos preocupamos por cosas que no deberíamos, que ni si quiera han pasado y ni tenemos indicios que vayan a pasar.
Nos equivocamos cuando no celebramos los comienzos.
Y tú eres el comienzo más bonito que papá y yo compartimos.
Aún recuerdo cuando papá y yo nos miramos bonito por primera vez. El día en que dejamos de ser unos compañeros de trabajo que casi no hablaban y cruzamos nuestras vidas con curiosidad.
Qué preciosos los comienzos! Qué poco los honramos!
Papá y yo nos hemos ido queriendo desde ese día. Yo siempre le recuerdo nuestras primeras citas. Incluso aquellas frases desafortunadas , momentos de dudas y rayadas mentales, nervios.
A tu padre le tengo frito cuando le recuerdo que me dejó colgada en una cita porque decía que le dolía un ojo! Qué divertido al pensarlo ahora, pero entonces me moría de inseguridad. ¿Cómo un chico que de verdad tenía interés en mí podía poner una escusa tan rara?
Papá y yo vivimos un año y medio viviendo en ciudades distintas y bastante lejos. Yo sufría por no vernos más que cada 3 semanas y él siempre me decía que con el tiempo nos reiríamos y echaríamos de menos esa etapa y lo especial de los reencuentros.
Y así es. Ahora recuerdo como algo precioso, como un tesoro cada uno de los pasitos juntos que nos han traído aquí, que nos han traído a tí.
Tenemos que honrar los comienzos. De un amor, de un cambio de vida, de una decisión, de empezar un tratamiento…. porque todo eso es tan importante como el resultado.
Somos energía en movimiento. Somos sensaciones e impulso.
Hoy quiero honrar tu comienzo. Mis nervios el primer día que volví a la clínica con la decisión de buscarte. La mano de tu padre fuerte, prieta, aguantando mi llanto porque para mí ese paso suponía el fin del infierno pasado, el apostar por la esperanza.
Hoy quiero pensar en el viaje en moto que te diste con papá cuando llevo la muestra al laboratorio. Tu primer viaje en moto con el hombre que más incondicionalmente te va a querer.
Honro el día de la transferencia, el día que entraste en nuestras vidas en forma de gota fluorescente.
Cada viaje en autobús durante la betaespera en que siempre te decía que mamá te llevaba de viaje intrépido por la ciudad.
El primer positivo, el segundo, el tercero, los análisis de sangre que me confirmaban que estamos juntas y unidas.
Esta semana hemos visto tu pequeño cuerpo por primera vez y hemos oído tu corazón.
ERES y estás con nosotros.
Honramos tu existir y nuestra vida de 3 que parece arrancar con cada nueva pastilla de progesterona, con cada fruta y verdura desinfectada y cada noche que papá nos hace la cena para que descansemos.
No tengo el control, me cuesta asumirlo.
Muchas veces tengo miedo, pánico. Me gustaría tenerte ya en brazos y saber que todo salió bien.
Pero me acuerdo de lo que papá me decía cuando vivíamos separados y creo que también aplica ahora.
Algún día seré consciente del valor de este comienzo, de lo bonito de este tiempo de esperarte, de tocarme la barriga, de escribirte cartas, de que el tiempo sea un tesoro, algo precioso. Incluyendo los miedos y desvelos.
Me lo tengo que repetir a menudo, pero confío en que todo va a ir bien. En marzo nos conoceremos y honraremos un nuevo comienzo.
El miedo es la cara B de las cosas más maravillosas. Demuestra que nos importa algo, que no lo queremos perder. Aprender a convivir con él es difícil, ojalá el tiempo lo convierta en anécdota.
Ojalá no se cumplan los miedos y sigamos horando la vida en comienzos.
¡ Porque benditos comienzos!
Te quiere,
Mamá